Carlos Gil 399

Cuando el tiempo se extiende

como una manta

de oriente

vuelvo mi mirada vespertina

sobre dos puertas y una sola entrada

una casa al borde de un parque

una infancia con bicicleta,

comprar pan caliente,

la cara de mi madre

frente a sus alumnas,

el sonido del Volkswagen color cielo,

mi hermano sufriendo un miedo irracional

tras las persianas,

mirando pasar gente

sin verde.

El olor de la cera sobre el piso,

el sabor del agua,

los libros del cuarto del fondo

esperando algo.

Occidente era un mundo

frío y bello

que no me recibió

nunca,

en el que la contradicción

descubre sus debilidades

cubiertas por la actitud de mando.

Aquí muero.

Los días cuando me enfermo sueño

con esa casa al borde de un parque

y veo la cara de ese niño dueño

de una bicicleta

salir por una de las puertas

de Carlos Gil 399.

Acerca de Javier Revolo

Javier Revolo escribe "Relatos Tóxicos" https://javierrevolo.wordpress.com/ y forma parte de la Asociación literaria Trilce que promueve la creación en lengua castellana en Australia. Vive en Sídney, Australia, y es abogado.
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2 respuestas a Carlos Gil 399

  1. sibisse dijo:

    Hola Javier. Si tuviera que describirlo con una palabra, sería tranquilidad. Es como revivir esos recuerdos de niños, y tranquilidad, porque cuando eres niño no te asalta el miedo al futuro, solo estás pendiente del aquí y del ahora, para luego transformarlos en recuerdos.

    Saludos

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