Tatuaje

Estarás en la rampa de algún aeropuerto, tu maleta habrá dado vueltas y la oscuridad de la noche te volverá a atrapar en un viaje sin horas. El tatuaje que te hiciste, te dije, era muy grande para tu breve cuerpo, pero tú no haces caso. Viajas. Tu imagen se desliza por una superficie tras otra, sobre ojos que no te tocan, y tu pelo cae mientras la sonrisa se queda siempre detrás de tu mirada. No logro concebir cómo pudiste ser de niña, ingenua, que pudieras reír sin pensar en la muerte o esas cosas que destilas tan quieta. Juraría que naciste seria y silenciosa; nunca debiste haberte tatuado.

Me rompiste los esquemas al tratarme como lo hiciste, qué pobre es todo después de ti. Miro la gente y es como si hubiese estado en un mundo extra solar, extra universal. Camino entre mis viejos conocidos, los seres inhumanos, y me encuentro mal porque ahora sé adónde pertenezco.

Una rampa, un tatuaje que se aleja en la noche. Te llevas una marca porque quieres, yo me quedo con una marca sin querer.

Lo que sabes no hay modo de obtenerlo de nadie ni de ninguna parte que no sea de ti misma. De eso que eres tú. Algo tan breve y tan rotundo.

El azul penetrando tu piel oscura, tus labios fruncidos, tu sexo húmedo. Te incomoda ser. Me lo dijiste varias veces. La noche se cierra mientras viajas con una línea azul que te sube por el hombro. Líneas con significado, dices.

Tu maleta vuelve a dar vueltas en otro aeropuerto. El olor suave a tabaco, tu mirada de un millón de historias. Tu cuerpo escrito que no se resigna a ser.

Hoy me desvestí en el baño y me miré un rato, desnudo frente al espejo, sin pena, antes de pararme bajo el agua, y no encontré rastro de lo pasado. El agua de la ducha cayó como una maldición y aun así no pudo retirar algo que ahora parece imborrable, las líneas de tus dedos sobre mi espalda, penetrándome azules. La espuma se pierde entre mis pies con tu olor, tu sabor, pero mi cuerpo ha quedado escrito por ti. Mi cuerpo que se resigna a ser, sin ti.

Acerca de Javier Revolo

Javier Revolo escribe "Relatos Tóxicos" https://javierrevolo.wordpress.com/ y forma parte de la Asociación literaria Trilce que promueve la creación en lengua castellana en Australia. Vive en Sídney, Australia, y es abogado.
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5 respuestas a Tatuaje

  1. Hola Javier. ¡extraordinaria narración! Me encantó por su elegancia, pero sobre todo por su lirismo poético.
    soy un blogger novel y espero aceptes mis futuros comentarios. sin más me despido con un hasta luego y me siento feliz de pertenecer esta increíble comunidad.

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    • Hola:
      Antes que nada te doy la bienvenida a este blog y mi agradecimiento por tus palabras. Me alegra saber que te ha gustado este escrito mio, la verdad que lo hice en un momento especial y casi no lo he corregido nada, tengo la sensación de que estos escritos necesitan mas de los lectores que otros para ser completados en un aspecto fundamental, el tema. Me refiero a que al ser como algunas pinturas no representacionales permiten al observador completar el cuadro con su propio aporte/impresión. Luego queda si a uno le gusta o no el resultado de lo que se encuentra. Ahí ya no entro. En todo caso, es una botella arrojada al mar y aquel que la recoge hace con el mensaje lo que quiere.
      Bueno, ya me pasare otra vez por tu blog para seguir leyendo mas cosas tuyas.

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  2. Hola Javier:
    Otro buen relato; de esos enigmáticos que casi me atrevo a decir que constituyen para ti una marca de fábrica. Mi manera de disfrutarlos (y desde luego que lo hago) es renunciar a construir un argumento dejándome llevar por las imágenes: Rampas de aeropuerto por donde la vida rueda despersonalizada, inasequible, misteriosa. Encuentros breves y fortuitos que impensablemente dejan recuerdos grabados de forma indeleble. Estupefacción de lo existente. Sexo. Negro. Belleza. Azul… y una maleta girando.
    Un entrañable abrazo querido primo. Disfruta.

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    • Hola querido Miguel!
      Espero que estés pasando cómodamente unos días de relajo.
      Disfrutar de este relato es desde ya un objetivo cumplido. Como comento en otro lugar, hay relatos que «necesitan» mas que otros de un lector, de un tipo de lector. Se podría decir esto de casi todo lo escrito, no parece que el lector de Cela sea muy parecido al de Miller, por poner un ejemplo.
      Claro que se trata de gustos, de afinidades, sin embargo a veces los lectores vamos «acomodando» nuestro modo de leer para intentar disfrutar de aquello que parece ajeno a nuestro gusto. Lo digo por propia experiencia. Muchas veces me he encontrado con lecturas que se me atravesaban un poco y que luego, ya aclimatado, las pude disfrutar.
      En fin, me alegro como siempre de que hayas visto esas imágenes en mi relato que, efectivamente, crean atmósfera. Me doy por bien leído!!!
      Recibe un fuerte abrazo primo. Gracias por pasarte.

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