Yo no sé quién soy
Ni sé quién eres.
¿Cómo saber quién soy?
¿Cómo saber quién eres?
Solo sé que algún día
-Que no es hoy-
Caminarás por calles que,
Sin que lo sepas,
Me extrañarán.
Mirarás con mis ojos,
Estrecharás con mis manos
Otras manos
Y mis pasos sonarán
Bajo tus pies
Y sonreirás con mi boca
Que no hablará
Esta lengua de sables
Y plegarias,
Ni aquella lengua
herida de frío
Y poblada de música
Que fue la de mi padre,
que nunca aprendí.
Todo aquello que llamo mío
Lo hago por decir algo.
Nada es mío.
Algo nos sueña
un dios
-Tal vez-
sea el dueño
De esta luz habitada
En su mente.
Ardemos para iluminar
Un tramo
Del camino,
De este sueño
Que es la vida,
Y nos apagamos
Para regresar a la oscuridad.
A la acogedora soledad
De donde todos venimos.
Por eso, hijo,
aunque nunca lo sepas,
Cuando alguna vez
No recuerdes algo,
Estarás olvidando
Con mi olvido,
Y mi olvido
Que tampoco es mío,
Se deslizará
Por el tiempo,
En un espacio
Sin margen.