El mar

Hoy mi nombre es mar, golpeo rocas, soy viejo, pero caigo rotundo con mis olas sobre playas alejadas de todas las miradas, y doy peces a los que buscan en mí, a veces mis peces brillantes tienen perlas dentro, otras veces migajas de pan.

El tiempo nació en la profundidad de mis acantilados eternos. Y se deshizo de mí. Me abandonó. El tiempo ahora es de otros, a mí me dejó como esa gaviota que fue una tarde a comer la basura de los mercados, cerca de la playa, y nunca regresó.

Los pelícanos sobrevuelan mis sonoras olas largas, el sol estira todas las tardes alfombras doradas -que son inabarcables- sobre mis lomos de espuma blanca. Soy el mar. Mis azules ojos miran al cielo y ven un espejo del que caen millones de pequeñas palabras transparentes, de mínimos besos.

Soy el mar al que llegan los ríos endiablados, turbios, gritándome sus viajes, sus rápidos, sus verdes paseos, y se estrellan contra mis aguas, yo los embriago y suelto las sirenas, los engaño. Y se adormecen contando sus viajes y me los como con un largo beso. Abro mis ojos y veo mis viajes, mis rápidos, y veo que nunca salí de mi inmutabilidad y estuve en todas partes.

A veces soy una enorme vagina de la que sale todo, soy creador de la vida y de la muerte, soy el mar. El viento me roba los olores y los arrastra tierra adentro, y los disgrega en su viaje transparente y los suministra a los vivos, les llena los pulmones de sueños.

Todo salió de mí, todo se fue, todo regresa, pero sigo estando donde siempre estuve, no he perdido ni he ganado nada, solo he creado la ilusión.

Acerca de Javier Revolo

Javier Revolo escribe "Relatos Tóxicos" https://javierrevolo.wordpress.com/ y forma parte de la Asociación literaria Trilce que promueve la creación en lengua castellana en Australia. Vive en Sídney, Australia, y es abogado.
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Una respuesta a El mar

  1. mmerhum12 dijo:

    Este relato es magistral, Javier. He sentido cada palabra, cada frase ha calado en mí. La música de El piano me atrapó antes de ver la peli en un momento de mi vida en el que me identificaba con cada nota. Mi vecino se quejaba de que todo el día me pasaba escuchando lo mismo una y otra vez, pero me hacía mucho bien oirla. Gracias. Un beso. Mercedes.

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